El edificio se implanta en una ubicación privilegiada sobre la Aconquija, la principal arteria de Yerba Buena y nexo con la ciudad de San Miguel de Tucumán. Se busca aprovechar las visuales hacia la avenida y el cuidado de las orientaciones.
Morfológicamente el proyecto se materializa de manera sintética y simple, pero a la vez potente, a través de dos volúmenes que se superponen y se contienen entre sí. El volumen exterior; que esta girado con respecto al interior, generando una apertura hacia la esquina, mejorando la sensación espacial de amplitud hacia el frente oeste sobre calle Bascary; esta materializado mediante estructura metálica y revestimientos de placas de aluminio y el interior completamente transparente, resuelto con una piel independiente de vidrio.
Funcionalmente el edificio se desarrolla en dos niveles, a nivel de planta baja, el edificio posee una explanada de acceso que jerarquiza el edificio debido a la diferencia de nivel que posee con respecto de la vereda, generando asi un espacio de transición a través de la escalinata y rampa. En este nivel funciona el salón de exposición y algunos servicios mínimos, a nivel de planta de entrepiso el edificio cuenta con oficinas y un lounge de espera con balcón hacia la doble altura del salón y desborde visual hacia la esquina.